Para clasificar los organismos según el grado de
adaptación al medio, el hábitat preferente ocupado, etc. ―la clasificación
ecológica del biota subterráneo― se han creado multitud de categorias; Racoviţă
(1907) genera los términos más usados y Sket (2008) propone para estos unas
nuevas definiciones. Estos son:
– Troglobios
o troglobiontes, que están fuertemente asociados al medio
subterráneo en sentido estricto, todo su ciclo vital se desarrolla en el
medio y nunca acceden a hábitats epigeos. La definición de Sket (2008) para
organismos terrestres resulta un tanto ambigua o inaplicable sin un profundo
conocimiento de la biología del organismo en cuestión: «Strongly bound to hypogean habitats». Para organismos de los que en
general sólo se sabe de su existencia y cuyo acceso a los hábitats
potencialmente colonizables lo impone la higrometría, la troglomorfía puede ser
un buen indicador de su grado de dependencia, o al menos es reflejo de
evolución en ambiente hipogeo estricto. En el caso de los organismos acuáticos estos
se denominan estigobiontes o freatobiontes. En este caso el factor
limitante es la presencia o ausencia de agua en superficie; así, organismos que
han adquirido troglomorfía por una larga permanencia obligada en aguas
freáticas se pueden encontrar en el exterior cuando el agua vuelve a estar
presente en superficie.
–
Troglofilos. Entre los cuales: Eutroglófilos, organismos básicamente
epigeos que mantienen poblaciones permanentes en el medio subterráneo; subtroglófilos, organismos epigeos que
ocasionalmente o de manera continuada mantienen poblaciones en el medio
subterráneo pero que están íntimamente relacionados con hábitats epigeos donde
desarrollan algunas funciones biológicas ―para completar alguna fase de su
desarrollo, o la reproducción, etc.―
– Trogloxenos,
organismos que ocasionalmente se encuentran en el medio pero que no mantienen
poblaciones estables.
Los endogeos o edafobios,
son los habitantes de los horizontes del suelo.
Las peculiaridades adaptativas básicas ―la troglomorfía―, que caracterizan a los organismos
hipogeos son:
–
la ausencia
de pigmentos,
–
la
anoftalmia,
–
el
apterismo,
–
la
hipertrofia de los apéndices,
–
la
hipertrofia de las estructuras sensoriales con la presencia de los detectores
de temperatura más sensibles que se conocen en la naturaleza,
–
modificaciones
del metabolismo alimentario con cambios fisiológicos para una mayor eficacia en
los procesos de transformación del alimento,
–
y una
cierta tendencia hacia estrategias demográficas del tipo K, es decir, que pueden
presentar una tasa reproductiva baja con una considerable inversión en la
descendencia.
La ausencia de pigmentos, la anoftalmia y el apterismo
se dan también en los organismos preferentemente endogeos, aunque en
determinados grupos también están presentes alguna de las otras peculiaridades.
Bibliografía
Racoviţă, E.G., 1907. Essai sur les
problemes biospeologiques. Archives de Zoologie
expérimentale et générale, 4e série, 6:
371-488.
Sket, B., 2008. Can we agree on an ecological classification of subterranean animals? Journal of Natural History, 42(21-22): 1549-1563.